as vidas de María Pérez y Álvaro Martín parecen estar unidas por un hilo invisible. El mismo sábado de 2018 se proclamaron campeones de Europa en Berlín y se abrazaron en la meta. En los mismos Juegos Olímpicos de Tokio (en realidad, Sapporo) acariciaron el podio con una amarga medalla de chocolate. Y ahora, en la plaza de los Héroes de Budapest, sus destinos volvieron a enlazarse con dos títulos mundiales, por separado en los 20 kilómetros marcha y a la vez en los 35 kilómetros marcha, una hazaña que entra directa al panteón de dioses del atletismo español: solo Abel Antón había logrado dos títulos mundiales, pero nadie lo había hecho en el mismo campeonato. Tampoco un país había copado nunca todos los oros de la especialidad. Es verdad que ayudó la proximidad de las pruebas, que animó a los dos atletas de 20 a lanzarse a por la distancia superior, una situación con aire de provisionalidad, pues la marcha atlética está en entredicho en el programa olímpico después
