01_CHARLIE HEATON UN ANIMAL FANTÁSTICO
oda buena historia personal que se precie tiene algo de cinematográfica. La de Charlie Heaton (Bridlington, Inglaterra, 1994), por supuesto, cuenta con su conveniente giro argumental. Sobre todo si el guion de la que se viene a renglón seguido habla de un caso de éxito sin precedentes… para alguien que ha triunfado en el mundo del cine y de la televisión sin ni siquiera haber pisado una escuela de arte dramático. Tal vez sea ese punto efectista lo que haga de este actor un animal fantástico con un aplomo tan excepcional como el que transmite cuando habla. Porque, al tenerlo delante, resulta bastante difícil nopara dedicarse a otros menesteres, pero su academicista acento británico todavía conserva cierto deje yanqui. Una ‘bendición’ dialéctica que solo puede conceder alguien que ha protagonizado una de las series de ciencia-ficción más aclamadas de los últimos tiempos. Porque, frente a frente, Heaton demuestra que es un hombre capaz de hacer nuevas todas las cosas. Por muy extrañas que parezcan. Un hombre hecho prácticamente a sí mismo que ha pasado de soñar con labrarse una carrera en la música –con solo 16 años se convirtió en baterista titular de una banda de rock inglesaa convertirse en el nuevo embajador de Phantom, el perfume para hombre de Paco Rabanne. Ahí es nada. Y todo antes de cumplir los treinta.“A veces creo que todo en mi vida ha sucedido de manera muy rápida. Y, fíjate, hoy estoy aquí hablando sobre lo que significa haberme convertido en la imagen de esta fragancia y solo puedo tener palabras de agradecimiento”. Es plenamente consciente de todas las cosas buenas y novedosas de las que ha podido disfrutar en los últimos tiempos, pero no deja de estar revestido de un cierto halo mundano a pesar de todo el relumbrón en torno a él. Nos recibe en la del hotel Majestic de Cannes (Francia), ciudad hasta la que ha llegado –con motivo del festival de cine– para dar a conocer al mundo que él es el flamante rostro de Phantom. Y, claro está, al hablar de perfumes, la nostalgia y los recuerdos olfativos emergen al instante en nuestra conversación.