EL 8 de septiembre de 2022, pasadas las tres de la tarde, la reina Isabel II de Inglaterra daba su último suspiro en el castillo de Balmoral (Escocia), a causa de su “avanzada edad”, como rezó en su certificado de defunción. Tenía 96 años y 70 de ellos los había ocupado en el trono.
Solo tres meses antes había celebrado por todo lo alto su Jubileo de Platino. Aquella fue la última exhibición de unión y felicidad de la familia Windsor. Un año después, casi todo ha saltado por los aires.
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