Es imposible quitarse el mote de “hija de” cuando se es descendiente de una de las mayores leyendas vivas del rock británico, por eso Alexandra Richards (37) aprovecha el foco para contribuir con una de las causas que más la conmueven: proteger los ecosistemas marinos.
Su infancia transcurrió entre Jamaica, su casa de campo en Connecticut, Nueva York, y las giras de su padre. Su amor por la música la llevó de los recitales a las bandejas, desde donde pincha para