El Tao, dicen los chinos, es el camino. El flujo y reflujo de la energía, el avance y la retirada forman parte de un juego eterno que los seres vivos jugamos y seguiremos jugando como parte de la existencia. La sexualidad es la expresión más pura y explícita de este baile. Para que algo ocurra en una danza, para que esté viva, es necesario que una de las partes se mueva hacia adelante y la otra hacia atrás y se produzca un equilibrio.
Imaginemos la siguiente escena: si ambos, estando uno frente al otro, avanzaran hacia adelante o los dos se retiraran al mismo tiempo no habría encuentro ni contacto. En lo interno, hay necesidades o cualidades arquetípicas