espués de numerosos problemas, la mayoría de ellos ajenos a la producción de , Woody Allen ha podido finalizar la que el neoyorquino considera como –posiblemente–el último trabajo en formato de celuloide de su prolífica carrera. En esta ocasión, las calles y avenidas parisinas, al igual que ocurrió en 2011 con , se convirtieron en los escenarios principales para que el responsable de narrara una historia de
