lla no fue una huérfana desgraciada como Marilyn Monroe, ni tampoco la hija de unos recolectores de tabaco y algodón de Carolina del Norte como Ava Gardner. Grace Kelly nació en pleno crac del 29, un 12 de noviembre, en una preciosa mansión de Filadelfia de 17 habitaciones. Mientras el país se sumía en la mayor catástrofe económica de la historia, ella crecía arropada por el bienestar y la educación de los mejores colegios católicos. Quizá por eso siempre transmitió un ideal de mujer que iba mucho más allá de la típica estrella de Hollywood despampanante. Era tan bella como muchas otras, pero tenía un halo de distinción, de elegante prudencia y de frialdad calculada que la hacían única e irresistible. Cuando murió –14 de septiembre de 1982-parte de esa magia había desaparecido por el paso de los años, pero sobre todo por la exposición pública a la que se vio sometida al convertirse en ‘su alteza serenísima la princesa Gracia de Mónaco’. Si alguna vez pensó que aquel matrimonio lamultiplicó el interés por radiografiar sus imperfecciones más oscuras. Fue una decisión tan rápida que cualquiera diría que se la jugó a cara o cruz.
Grace Kelly CARA O CRUZ
Aug 24, 2023
6 minutos
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