poco que uno haya sido feliz en la infancia, es fácil que, cuando se convierte en adulto, le queden unos cuantos de niño. Es incluso deseable, porque la vida va primero de ponerse capas, de aprender convenciones y matar la inocencia, para después tratar de quitarse las primeras, desaprender las segundas y recuperar la tercera. Así dicho parece un viaje ridículo (¿quién es siempre el del niño que ve el mundo por vez primera.
Feliz curso nuevo
Aug 18, 2023
2 minutos
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