El pasado 16 de julio la prensa mundial amaneció de luto: rezaban invariablemente los titulares. El icono en cuestión era Jane Birkin, la primera ‘mocatriz’ de la historia; la cultura anglosajona y la gala en un único, grácil y escurridizo cuerpo que (des)cubriría con un estilo que ha creado escuela. Birkin, que grabó con Serge Gainsbourg la que quizá sea la canción más sensual de la historia, había dejado ya una huella indeleble con su voz cantarina, sus adorables diastemas, su contorsionismo entre lo ingenuo y lo impúdico, y su inigualable en el vestir, recogido como valiosas lecciones de estilo en las cabeceras de moda más prestigiosas del planeta. Cuarenta y ocho horas después de su muerte, la prensa especializada le dedicaba monográficos de hasta ochenta páginas, preparados con evidente (y expectante) antelación, como se hace con el papa o la
ASÍ SE CREA UN ICONO
Aug 18, 2023
5 minutos
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