cuenta la pentatleta Priscila Espinosa, exalumna del entrenador Sergio Escalante.“De tanto que me lo dices ya estoy creyendo que lo soy”, le dije. Yo era la más chiquita del equipo. Me veía y me decía: “ya vienes con tu carita de pendeja”. Las mujeres no podíamos hablar con un hombre porque no nos bajaban de putas. Un día me dijo: “yo siempre lo he dicho: solo hay dos tipos de mujeres, las que vuelan y las putas. ¿Tú vuelas?”, me preguntó. “Le dije que no”.
Priscila Espinosa hoy tiene 27 años. Sigue entrenando pentatlón moderno y ya es madre. También ya tiene la fuerza para levantar la voz porque reconoce que lo que vivió no está bien. A quien la entrenó cuando ella era una adolescente lo recuerda por el montón de veces que la hizo llorar porque la maltrataba.
“Quiero dar mi testimonio ahorita que ya tengo una bebé y pienso en las generaciones que vienen. No me gustaría que una persona como él siguiera como entrenador. Pienso en mi hija y no me gustaría, ni permitiría, que alguien le hable así. Es muy triste que un buen entrenador sea una mala persona”.
La violencia física, sicológica y emocional que Sergio Escalante ejerció en contra de la pentatleta olímpica Tamara ha recabado diferentes testimonios en los que sus alumnos señalan su agresividad. Otro de ellos es el de Fanny Farfán, quien en entrevista cuenta que dejó la selección nacional porque su salud mental se vio afectada. Era menor de edad y fue alumna de ese entrenador cuando competía en la categoría juvenil. Para su fortuna, Fanny obtuvo una beca para estudiar en Estados Unidos y después se llevó a su hermana Amy, quien cuando estaba en Guadalajara también sufrió abusos por parte de otro entrenador, Fernando Valencia. En una ocasión la manoseó y solía decirle: . Ella tenía 14 años.
