Queremos compartir nuestra experiencia de providencia. Así queremos llamarla, ya que ha sido algo muy grande para nosotros.
Tenemos dos hijos encantadores, de 3 y 4 años. Los dos tienen un retraso madurativo, el mayor más severo que la pequeña. Al mayor se lo detectó el pediatra al añito, y lo movió todo muy rápido para conseguir los recursos que necesitara lo antes posible, pues sospechaba que podría ser un Trastorno de Espectro Autista (TEA). Ahora ya está