ras desembalar el Unistellar Equinox 2, solo tuvimos que esperar un poco para encontrar un hueco despejado en el cielo nocturno. Y seguro que te preguntas: ¿basta ahora con encontrar un planeta, alinearlo y mirar a través del ocular como se hacía antiguamente? Si de verdad piensas eso, te has equivocado de dispositivo., se encarga de hacer los arreglos. Cabe decir que fue de maravilla en la prueba: tras unos pocos ajustes en el móvil, nos conectamos a este scopio de 9 kg a través de una red WiFi. Y aunque disponer de conocimientos previos no viene nada mal, su uso es sencillo, pues en cuestión de segundos. Lo único que hay que hacer es seleccionar lo que se quiere ver en el cielo a través de la app. Entonces, tras pulsar el botón de inicio, comienza la magia: el motor empieza a funcionar en silencio, mueve el tubo reflector sobre el trípode de aluminio y se orienta hacia el cuerpo celeste. Por supuesto, solo se puede seleccionar lo que está en ese momento en el cielo: la app calcula cuál de los más de 5.000 astros almacenados está a la vista. El dispositivo no te salva de pasarte toda la noche explorando el firmamento, pero sí del seguimiento automático; es decir, la compensación del movimiento en el cielo. En otras palabras, cualquier principiante puede lanzarse a usar este dispositivo, pues no se necesitan conocimientos especializados.
