Sofía quiere una chocolatina. Es casi la hora de comer y su madre le dice que no. La niña sigue insistiendo sin parar, utiliza todo tipo de argumentos para convencer a la madre, lloriquea, no quiere seguir andando por la calle. La madre intenta hacerle comprender que no es buen momento, procura negociar con ella, pero la niña se niega a aceptar el no. Tiene ocho años y sus padres se dan cuenta de que cada vez es más difícil contradecir sus deseos. Sofía pasa un par de horas enfadada, no quiere comer y acusa a su madre de “no comprarle nunca nada”. Una pequeña contrariedad se ha convertido para ella, y para el resto de la familia, en
“No sabe tolerar la frustración”
Mar 24, 2023
4 minutos
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