Empiezo así, a ritmo ochentero, para enfocar con humor el regreso de célebres propuestas decorativas para, con el paso del tiempo, pervertirse en ante la opinión pública. Y me pregunto, ¿todo vuelve? No, sólo lo que vuelve mejor. En este momento nos vamos a detener en ideas de construcción o interiorismo que triunfaron en los sesenta, setenta y ochenta del pasado siglo, después las pasamos a la lista negra y actualmente tornan triunfantes, corregidas y aumentadas. Empecemos por el terrazo, sigamos por el cristal tintado, rematemos con las celosías de ladrillo y... tan-tata-chán ¡el gotelé en exteriores! Lo conocimos bajo el nombre de" fachada tirolesa", obvia la explicación, y abundaba en todos los chalets que se alzaron como segunda residencia durante el desarrollismo español. Hoy tiene su punto. O, al menos, así nos lo atestiguan arquitectos de los que nos fiamos y que gustan de mantener los orígenes de ciertas construcciones. Regresa como escenario para piezas de diseño contemporáneas y el contraste provoca, cuando menos, la sonrisa y el buen humor de la nostalgia. Y, al hilo de este atrevido revestimiento, visitamos las nuevas propuestas que nos fascinan, -cerámicas en relieve, pinturas ecológicas, murales evocadores yelegantes- y por las que apostamos su continuidad; ellas son el mejor testimonio de este tiempo, su sostenibilidad es indiscutible y esa sí que será la tendencia eterna, la única que jamás pasará de moda y que ganará valor con el paso del tiempo.
La culpa fue del gotelé
Jun 20, 2023
1 minuto
“¿Es cierto que todo vuelve? No, sólo aquello que vuelve mejor ”
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