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Es sorprendente cómo el colosalísimo edificio de las oficinas de Fendi en Roma, el Palazzo della Civiltà Italiana (una construcción ordenada por Mussolini a la que ahora la marca italiana está reescribiendo la historia), se deja invadir con facilidad por el peso de las esculturas del artista Arnaldo Pomodoro (Morciano di Romagna, 1926). No importa su grandilocuencia, su imponente presencia de monumento racionalista, sus 68 metros de altura repletos de arcos; el contraste de las piezas a lo largo que se expone hasta el 1 de octubre en este emblemático lugar conocido como el Coliseo Cuadrado. «Que una escultura conquiste el espacio, fundiéndose con él, es todo un logro del que nos sentimos muy orgullosos».