Puede que sea la sede política de Canadá, pero desde la superficie de Ottawa emerge vitalidad y aventura. Sal de la típica ruta turística que rodea Parliament Hill y encontrarás paisajes verdes, museos extravagantes, experiencias indígenas y una pletórica escena de comida y bebidas. A la hora que sea, esta ciudad sabe cómo divertirse.
Un viaje a Ottawa no está completo sin visitar que alberga un repertorio pictórico de grandes artistas como Matisse, Van Gogh, Mondrian y Klimt. No te pierdas la ornamentación de la originalmente parte del convento de Nuestra Señora del Sagrado Corazón, pero que fue trasladada, pieza por pieza, a la Galería, donde puede contemplarse en compañía de música evocadora. Cerca de ahí, vale la pena asistir a la Galería de Arte de Ottawa, repleta de piezas contemporáneas canadienses. Entrada gratuita.