no de los personajes más relevantes de finales de la XVIII dinastía egipcia fue Ay, un hombre de orígenes desconocidos que, tras ocupar cargos de importancia en la administración durante el reinado de tres faraones consecutivos, padre, hijo y nieto (Amenhotep III, Akenatón y Tutankamón), se encontró en una posición de poder que terminó por llevarlo al trono del doble país. Se sospecha que pudo ser originario de Akhmin, una ciudad situada a unos 150 km al sur de Amarna, porque, durante su corto reinado de cuatro años (1327-1324 a. C.), mandó excavar en ella una capilla rupestre en honor del dios local, Min. De hecho, se ha solido considerar que los comienzos de su duradera carrera en puestos de responsabilidad se explican por su pertenencia a una de las familias más destacadas de Akhmin; en concreto, la de Yuya y Tuyu, cuya hija Tiyi se desposó con el faraón Amenhotep III. Nada
EL VALIDO AY UN PODER EN LA SOMBRA DE TUTANKAMÓN
May 17, 2023
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