Los cuatro representan muy bien una parte importante del mundo de los influencers. Llevan años trabajando en el sector, cuentan con miles de seguidores (en algunos casos millones) y todos han convertido la creación de contenidos en redes en su medio de vida. Aunque sus perfiles no tienen nada en común, todos tienen la misma visión de lo que es este negocio, en el que opera cada uno con sus propios medios. Isa y Ana, trabajando solas en los contenidos. Carlos y Rubén, con ayuda de un equipo de profesionales.
Todos se quejan de que el concepto influencer se asocie a algo negativo, en buena parte, dicen, porque los medios de comunicación convencionales los ven como competencia; lo son. Cada uno de ellos es como un canal de comunicación personal con el que acercarse a la audiencia (y a las marcas). Pero, ¿en qué se diferencian de medios como el nuestro?
"Ofrecemos visibilidad, como los otros canales, pero con la principal diferencia de que la gente confía en nosotros, nos conoce y siempre se toma nuestras recomendaciones con un poco más de seriedad que si ve un anuncio. Es como las recomendaciones de los amigos", comenta Ana. "Es un trato más cercano porque les hablas en su mismo idioma.