Este poema es la tierra que en ti abro Yo soy el huerto donde te recoges, sílaba recortada, relámpago enjaulado, beso aéreo de la costumbre. Algo en mí te observa y se reúne lleno de presión y sílabas, hay en mí una playa secreta donde lloran las orillas y las orillas callan, hay en mí la arena que fue un cuerpo y el cuerpo que besa la desnuda inquietud en la arena.
Los versos de Reinel Pérez Ventura, ganador del XXXV Premio Loewe de Poesía por su obra esconden una metáfora inesperada sobre la trayectoria de Guitarricadelafuente (Benicasim, 1997), probablemente el músico español que se mira con más deseo desde la escena pop-folk internacional. ¿Cuál es la metáfora? Ah, ese es el misterio de la poesía, que lo trascendental habita más en tu cabeza, en tu corazón o en tus tripas que en las letras, en las sílabas o en las palabras aquí impresas negro sobre blanco. Lo importante es escurridizo. También lo es el propio Álvaro Lafuente, alias ya sabes qué. Lo es cuando reta a la cámara a través de unos rizos que nadie toca más que él