o primero a saber es que hay tres tipos de hipotecas: la diferencia entre unas y otras es, en esencia, cómo se aplica el tipo de interés. Para la , el banco te ofrece un interés que solo cambiará si no cumples con las condiciones pactadas, como seguros, cumplimiento de pago, etc.; sin embargo, las entidades financieras que lo ofrecen, por lo regular lo dan en un porcentaje mayor a las hipotecas de interés variable, haciendo, por su lado, cambia constantemente durante la vida de tu crédito hipotecario, ya que se basa en la Tasa de Interés Interbancaria (TIIE); esto significa que si las tasas de referencia bajan, los pagos de tu hipoteca también, pero si suben, así lo harán tus mensualidades. La hipoteca combina aspectos de las anteriores, aunque en realidad se comporta más como una variable; por ejemplo, tu hipoteca podría tener un interés fijo durante los primeros seis años y para el resto de la vida de tu crédito aplicaría un interés variable, que se modificaría de acuerdo con la TIIE.
