En 1937, año en el que celebraba su centenario, la Hermès incorporó a su catálogo un pañuelo de seda de diseño inspirado en un histórico juego de mesa: (un híbrido parisino entre Juego de la Oca y lotería, pero con motivos urbanos). Aquel primer inició una serie tan cuantiosa como exclusiva de pañuelos Hermès, un universo aparte regido por la sutileza del tacto y la exuberancia de la imaginación. Geometrías, geografías, bestiarios, iconografías encarnan en el color de una colección que se extendió sin cesar, reflejada a través del tiempo en fotos emblemáticas de Grace Kelly, Audrey Hepburn, Jackie Onassis o la reina Isabel II (Hermés lanzó una
