a sido un año de cartas de amor al cine, que han llegado de la mano de directores brillantes como Damian Chazelle con o Steven Spielberg con . Curiosamente, ambas películas hablan del mundo del cine desde el mundo del cine, desde la realización de las películas. Pero Sam Mendes ha optado por hacer algo diferente en , y se ha encargado de contar la historia a través de los empleados de una sala en una población costera. Un grupo de gente variopinta, desde los taquilleros al proyeccionista, el dueño del cine o el personal de salas. Y es una experiencia la de ir al cine que Mendes teme que
