CULTURA
Pionera en la promoción turística del país y otras áreas del quehacer cultural, Emma Hurtado (1907-1974) fue piedra de toque en los últimos años de vida de Diego Rivera: su amiga, confidente, mecenas, compañera en infinidad de viajes por la república y el extranjero, su amante, y finalmente su esposa y viuda.
“Fue una mujer fundamental en la vida del artista, muchas lo fueron, Frida Kahlo --desde luego--, Angelina Beloff, bueno, tantas que podríamos mencionar. Y aparentemente Emma Hurtado estaría en un segundo o tercer círculo, pero no es así. Ella está en primerísimo término desde que se conocieron en los años cuarenta y entablan una amistad”, dice el historiador y crítico de arte Luis Rius Caso.
El especialista, exdirector del Museo Mural Diego Rivera y conocedor de la vida y obra de Hurtado, acompaña el recorrido que Valentina García Burgos, subdirectora del Museo de Arte Moderno (MAM), ofrece por la exposición Memorias de un retrato., en el cual el también ensayista y autor del thriller , adereza con datos, anécdotas y recuerdos de sus investigaciones.