CUALQUIER DISTOPÍA PASADA FUE MEJOR
Antes de que ser distópico se convirtiera en juego de niños (con hambre, pero niños) y de que nos acostumbraran a vivir en esta distopía nuestra No hablo de Sino de la deliciosa farsa (1987), que reedita Paramount y que, para desesperación de fans de Richard Bachman (es decir: Stephen King), se pasaba su novela por el forro, convirtiéndola en violenta comedia de acción hortera, sin por ello renunciar a una si se quiere superficial pero contundente sátira social.