Desempleada y embarazada de su primer bebé, Cristina Aguilar acaba de cumplir 34 años. Aunque, matiza, está en la bolsa de trabajo del supermercado donde trabajaba, no tiene mucha esperanza. «Ya sabes cómo funciona, estoy esperando a ver si me llaman y no sé qué pensarán si me ven en avanzado estado de gestación», comenta. La incertidumbre planea sobre ella y su pareja, que esperan, con ilusión y un miedo extra, el nacimiento. Cristina tiene claro que «si él no tuviera un empleo fijo, no me habría quedado embarazada». Ella representa a casi un 33% de millennials que pasan grandes estrecheces, condenados a una especie de eterna adolescencia mientras afrontan su futuro con preocupación.
En riesgo de exclusión
«Los jóvenes españoles somos el segundo colectivo con más riesgo de pobreza y exclusión social, sólo por detrás de la infancia –confirma Andrea González Henry, presidenta del Consejo de la Juventud de España–. y generación Z somosde pobreza y 4,4 millones son menores de 36 años, según cuenta Sergio Mella, director general de Mensajeros de la Paz, que insiste en que «hay que intervenir en las causas y dar herramientas para que no se cronifique. En cuanto a tu desarrollo social, marca más tu código postal que el genético. Para un joven de una familia en situación de pobreza es muy difícil salir de ella».