Una amiga le habló a Clara de un médico internista en Sevilla que recetaba unas inyecciones para adelgazar. «Ella volvía a tener tipazo y, a mí se me resistían varios kilos que no lograba quitarme. Aunque vivo en Madrid, aproveché unas vacaciones para citarme con el especialista y, tras una analítica, empecé a pincharme Ozempic», cuenta esta publicista de 32 años, 1,62 m de altura y 59 kg antes del tratamiento.
Un ‘boom’ entre las ‘celebs’ y en las redes
Y si en España funciona el boca-oreja, en Estados Unidos se habla sin tapujos del medicamento de moda. Hasta sus resultados tienen nombre: cuerpos post-Ozempic, como el que lució Kim Kardashian con el ceñido vestido de Marilyn Monroe en la pasada gala Met. La rueda de popularidad alcanza, cómo no, TikTok, y el hashtag #Ozempic suma 433 millones de visitas.
Los diabéticos, sin su medicina
Sin embargo,además de controlar los niveles de azúcar, tenía eficacia clínica probada para perder peso con seguridad», comenta. Y lo cierto es que en Estados Unidos se receta la semaglutida desde hace dos años con este fin y se prevé que, en breve, tenga también luz verde en España. Pero nadie esperaba su compra masiva y anticipada: «Su empleo fuera de ficha técnica y antes de tiempo ha desbordado su capacidad de producción y ha facilitado el desabastecimiento. Las perjudicadas son las personas con diabetes, que deberían tener todas las garantías para que el fármaco estuviera disponible para su tratamiento», explica el Dr. Miguel Angel Rubio, jefe de Sección del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Clínico San Carlos (Madrid).