erdonad, que vengo con mala cara porque con mi niña no descanso mucho, ¡es maravillosa, pero no para y te quita toda la energía!», dice Edurne (Madrid, 1985) nada más llegar a nuestro plató para sumergirse en un intenso Nadie lo diría, está resplandeciente. Parece que por ella no ha pasado el tiempo desde que, en 2005, se cruzó en su camino. El concurso fue la catapulta a una fulgurante carrera que alcanzó su cénit en 2015, cuando representó a España en Eurovisión. «He evolucionado mucho desde entonces: antes era un mar de dudas, ahora tengo las cosas claras y hago lo que quiero con total libertad», es embajadora de la firma de joyas Pandora y en otoño lanzará su octavo álbum, en cuya producción y composición está inmersa.
