El padre de la criatura
es Craven (1939-2015) fue figura clave en el nuevo terror en los años setenta. Dio el pistoletazo de salida de esa nueva corriente con su primera película, (1972), inspirándose en (Ingmar Bergman, 1960), incorporando un retrato de la violencia más reflexivo y un trabajo de cámara próximo al documental que influyó en otros títulos posteriores, como (Sean S. Cunningham, 1980), que según fue el título que realmente arrancó y definió con su éxito las claves de la moda del subgénero de los ochenta, rematando la jugada que había iniciado John Carpenter con su película (1978).