BABYLON
Interscope Records. 97’.
Justin Hurwitz es autor de una extensa creación con temas intensos y atronadores que dan un tono desquiciado, radical. La aplicación es diegética para secuencias de fiestas, o las de rodajes de films, donde en algunos casos hay música original y de (D. Chazelle, 2016), lo que sirve para mostrar la otra cara de la moneda de Hollywood, presentando el reverso de un mismo cuadro, aquí mucho más amargo, pesimista y decadente. Es un tema musical que representa como en el anterior film el sueño de querer formar parte de algo grande, el cine. Hay otro tema para los momentos posteriores a las desmadradas fiestas, cuando todos los personajes están borrachos o resacosos, sin recordar nada, y se vincula claramente al de aquella película, en lo que es un nuevo reverso irónico que genera sinergias entre los dos títulos de Chazelle sobre el mundo del cine.