Los duelos sin resolver pueden llegar a afectar nuestro estado de ánimo y relaciones interpersonales, impidiéndonos sentirnos bien y construir nuevos vínculos saludables y armoniosos. Y es que no sólo nos apegamos a otras personas, sino que también desarrollamos apego psicológico hacia determinados lugares, situaciones y etapas de vida.
Aunque solemos asociar el duelo a la muerte de un ser querido, la pérdida de cualquier objeto de apego o incluso de una relación significativa desencadena una reacción emocional caracterizada por tristeza, miedo, indignación, molestia