n perfecto acento británico, una piel impoluta, una mirada hipnótica, una melena siempre pluscuamperfecta... La actriz, modelo, diseñadora e icono en la década de los 90 Elizabeth Hurley (Reino Unido, 1965) se ha ganado por mérito propio un lugar destacado en el mundo de la moda y de la belleza. Imposible borrar de nuestras retinas aquel famoso vestido de Versace que le puso en el radar. Un que, por las sugerentes y estratégicas aperturas decoradas con imperdibles XL, acabó bautizado con el nombre de, y que a día de hoy se encuentra expuesto en el Victoria and Albert Museum de Londres, como la creación más famosa de la carrera del que protagonizaba el que era por aquel entonces su novio, el actor Hugh Grant, y que posicionó a la joven de 29 años entre las más deseadas. Fue poco tiempo después cuando Hurley firmó uno de los contratos más duraderos y exitosos de su carrera, el que a día de hoy mantiene con Estée Lauder Companies como embajadora de la acción benéfica que tiene la multinacional americana en la lucha contra el cáncer de mama y que ha cumplido además su 30 aniversario. Una campaña a través de la que consiguen cientos de miles de dólares cada año gracias a la venta, durante el mes de octubre, de sus productos más emblemáticos de rosa, y cuya recaudación es destinada a la investigación y servicios médicos de esta enfermedad.
