Yo opino

es la mujer más longeva en la biografía sentimental de A ella ha vuelto el escritor, después de casi unay así Patricia ha ingresado en la tribu de oro de las señoras de portada, un ingreso que no le hace mucha gracia, según vamos viendo. El personaje es poderoso. Envió una carta a Preysler, concretando que Mario era dado a los caprichos de frecuentar otras mujeres, y solicitó de paso que no asomaran en público la postal del nuevo amor antes de que él y ella celebraran el medio siglo de casados. Ahora, ante la prensa de calle, ha resucitado el gesto de alzar el bolso, como advertencia o cabreo, o todo junto, un gesto propio de madres coraje o novias salvajes. Y luego en el ceremonial añejo de París casi se concede una siesta breve, en la bancada de los invitados, mientras los discursos. Debemos a Preysler este gran personaje, Patricia Llosa, y no tanto a Mario, que ya veremos si reinaugura el nido conyugal de siempre. O no. Sospecho que nada le dará a Patricia un susto.