MARIA MITCHELL NACIÓ EL 1 DE AGOSTO DE 1818 EN LA PEQUEÑA ISLA DE NANTUCKET, situada a unos cincuenta kilómetros del estado de Massachusetts, un hermoso y alejado lugar que vivía de la pesca de las ballenas. Su población, mayoritariamente cuáquera, eran abiertamente contraria a la esclavitud y defendía la igualdad entre hombres y mujeres.
En Nantucket se decía que la madre de Maria, Lydia Coleman, había leído todos los libros que había en la isla. De hecho, habría dado el nombre de María a su hija en honor a una escritora inglesa, Maria Edgeworth, que había conocido en las dos únicas librerías de Nantucket en las que trabajó en su juventud, y en las que devoró todas las páginas que tuvo a su alcance. Lydia, que también había trabajado como profesora en la escuela cuáquera de la isla, encontró en William Mitchell algo más que un esposo. Estudiante de Harvard, William compartiría con Lydia un proyecto de vida familiar basado en la igualdad y en la pasión por el conocimiento.
Lydia y William tuvieron diez hijos de los que solo uno falleció en la infancia, algo muy poco habitual en aquella época. Maria fue la tercera, la segunda hija. Sus hermanos y hermanas la recordarían como una magnífica lectora y narradora de historias. En