Caitlin Kinast sintió cierta envidia (sana) durante los 12 meses en los que su novio, Seth, tomó anticonceptivos. “Él estaba feliz y tenía la energía por las nubes, como si hubiera vuelto a la adolescencia. Ojalá los femeninos fueran así”, dice.
EL ORIGEN
Todo comenzó en un laboratorio de reproducción asistida de la Universidad de Washington, en Seattle (EU), uno de los 15 lugares del mundo donde se está experimentando con un innovador gel anticonceptivo masculino. La pareja llegó al citado centro después de que Caitlin, de 34 años, probó diferentes anticonceptivos y comprobó que todos le causaban alguna complicación. Incluso el condón le irritaba la piel. Ya tenían un hijo y estaban de acuerdo en que, por el momento,