oma no siempre fue un imperio. En un primer momento la forma política que adoptaron los romanos fue la monarquía. La ciudad tuvo un rey desde su origen en el 753 a. C. hasta el 509 a. C. La leyenda nos cuenta que Roma fue fundada sobre el monte Palatino por dos hermanos criados por una loba: Rómulo y Remo. Rómulo mató a Remo y se convirtió así en el primer rey de la ciudad. En realidad y dejando la fábula a un lado, parece que su origen radica en la unión de una serie de asentamientos muy próximos repartidos por las colinas romanas (Aventino, Capitolio, Quirinal, Viminial, Esquilino, Celio y Palatino). Por las fuentes, sabemos de la existencia de siete reyes romanos. Los cuatro primeros latinos o sabinos, y los últimos tres de origen etrusco. El núcleo primitivo fue una pequeña población esencialmente agrícola y ganadero. Poco a poco, fue dotándose de un foro, de la Cloaca Máxima, de unas buenas murallas y de una religión e instituciones cada vez más sólidas. La prosperidad y el peso del comercio en la economía fueron aumentando progresivamente con la construcción del puerto de Ostia por obra de uno de estos reyes (Anco Marcio). Tras la expulsión de Tarquinio el Soberbio, los patricios del Senado que se decían descendientes de los fundadores de Roma se hicieron con el control e impusieron una nueva forma política: la República. Con este sistema se gobernó la Urbs durante un largo periodo (desde el 509 a. C. hasta el 27 a. C.). La pequeña ciudad-Estado experimentó una expansión territorial asombrosa, muy pocas veces vista en la historia. Primero, entre el siglo iv y iii a. C. los romanos se fueron imponiendo y asimilando a los diferentes pueblos de la península itálica que fueron sometidos
