AMOR SE ESCRIBE SIN HACHE
l día de San Valentín está a la vuelta de la esquina y llevo un mes pensando en esta carta. Y es que escribir sobre un tema tan intrincado como el es un ejercicio de funambulismo del que se escribe sin hache, es porque no se trata de algo por lo que merezca la pena sufrir. Pero yo no estoy de acuerdo y sé de lo que hablo: yo por amor lo dejé todo y sin pensarlo. Mi casa. Mis padres. Mi abuela. Mis amigos. Me subí en un avión y cambié el frío por las tardes al sol en la plaza Mayor de Madrid. Han pasado más de ocho años y volvería a hacer lo mismo ahora, aunque el camino no siempre ha sido fácil. Y la verdad es que yo siempre he sido más fan de Francis Scott Fitzgerald, así que me quedo con esta frase: "Hay muchos tipos de en este mundo, pero nunca el mismo dos veces". Y es que también siempre he sido fan incondicional de las primeras veces. El primer viaje con mi pareja. Mi primer artículo en Marie Claire. La primera vez que vi a los Rolling Stones en un concierto. Mi primer mes en Madrid. Estos momentos arraigan en la memoria y marcan la cronología de nuestra vida. Las primeras veces me encantan, sí, pero también me gustan los clásicos. Sigo disfrutando de cada una de nuestras escapadas a Italia. Me encantan las mañanas en la redacción. Me sigo emocionando cuando suena en la radio. Los paseos por El Retiro me siguen pareciendo una maravilla. Y es que el amor está lleno de primeras veces y yo también me declaro fan incondicional de todos los tipos de amor y de las miles de maneras de sentirlo y vivirlo. Eso sí, recuerda que la historia de amor más bonita de tu vida empieza en el interior. Como decía Oscar Wilde: "Amarse a uno mismo es el comienzo de una historia de amor para toda la vida". Cuánto me ha costado escribir esta carta…