BOGOTÁ.- La crisis en Perú, que ha derivado en los últimos días en una espiral de protestas que han puesto en jaque al incipiente gobierno de Dina Boluarte, tiene como inesperado protagonista externo al mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador, cuyos polémicos pronunciamientos han llevado a la ultraderecha peruana a pedir que sea declarado persona non grata.
Mientras las protestas contra Boluarte y el Congreso se intensifican en todo el país con quemas de edificios públicos, tomas de aeropuertos y centrales eléctricas y cierres de vías, López Obrador rechaza reconocer al nuevo gobierno, pide la restitución de Pedro Castillo como presidente y deplora la represión de la policía y el ejército contra los manifestantes, que ha dejado al menos una veintena de muertos y cientos de heridos.
Bajo presión de la clase política, la cancillería peruana llamó el jueves 15 a consultas a sus embajadores en México, Argentina, Bolivia y Colombia, países que tres días antes, en un comunicado conjunto, reconocían a Castillo como presidente de Perú, pese a que fue destituido por el Congreso el miércoles 7, luego de que decretó la disolución del órgano legislativo. La canciller Ana Cecilia Gervasi dijo que el llamado a sus embajadores era “en reacción a la intromisión en los