Tras retirarse de una exitosa carrera deportiva en 1967 (fue campeón europeo de 5.000 m en 1962), Bruce Tulloh estaba preparado para el siguiente reto. Leyendo el Libro Guinness de los récords, se encontró con el del sudafricano Don Shepherd, que en 1964 corrió unos 5.150 km, de Los Ángeles a Nueva York, en 73 días y ocho horas. Tulloh, de 33 años, decidió empezar en abril de 1969, lo que le daba margen para entrenar, negociar una excedencia en su trabajo como profesor de biología y buscar patrocinadores para financiar el viaje. Se pasó todo el verano, el otoño y el invierno de 1968 entrenando duro, pues nunca había corrido más de 37 km seguidos, y se puso como meta 66 días con una media de 69 km al día.
Tras seis meses carteándose, British Leyland aceptó prestarle a Tulloh dos coches (un MGB descapotable y un Austin America) para el viaje, mientras que Caravans International le prestó una Sprite 400 y Schweppes patrocinó la aventura. El grupo de apoyo de Tulloh se reducía a su mujer, Sue, que se encargaba de encontrar los campings para pasar la noche, conducir la caravana hasta los lugares prestablecidos de la ruta, conseguir la comida y la bebida y darle a Tulloh masajes en piernas y pies. Su primo Mark, de 18 años, conducía el segundo coche, y la pareja también se llevó a su hijo Clive, de seis años. Tras un año de preparación y planificación, Tulloh estaba listo para salir desde el ayuntamiento de Los Ángeles el 21 de abril de 1969. Lo que sigue son algunas de las reflexiones del propio Tulloh sobre la carrera, sacados de su libro Four Million Footsteps. En ellos se puede observar el asombro y el espectáculo, junto con el dolor y el cansancio de cruzarse EEUU a pie.
21 DE ABRIL // LOS ÁNGELES // CALIFORNIA
Condujimos hasta el ayuntamiento la mañana del lunes. Llegamos allí poco después de las nueve. Me quité el jersey y los pantalones de chándal para quedarme en camiseta, pantalones cortos, zapatillas y calcetines. Llevaba un callejero y gafas oscuras. Cuando el reloj dio