usto un poco antes de que a Oliver Stone le diera la neura por John Fitzgerald Kennedy y otros líderes políticos de distinto pelaje (desde Nixon hasta Fidel Castro o Hugo Chávez pasando por Alejandro, y relataba la tumultuosa vida del cantante a través de las interpretaciones de Val Kilmer (Jim Morrison) y Meg Ryan (Pamela Courson, su pareja). Se estrenó en 1991, justo al cumplir los 20 años de la muerte del artista, y no es que sea maravillosa, pero se deja ver. Por este motivo, decidió dedicarle la portada de su número de marzo, con Dentro, el texto lo firmó Eve Babitz, artista visual y escritora que tenía una relación muy cercana con toda la sociedad cultural más rompedora de Los Ángeles en los 60 y 70 y que conoció bien de cerca la figura de Jim Morrison. Cómo sería la vida social en aquel lugar y aquellos años que ella misma se considera “una superviviente”, y es que, como todos sabemos, el genio de Melbourne (Florida) paró el reloj de su vida a los 27 años, tras pasarse con la heroína en el apartamento que Pamela y él compartían en París. A su pareja no le fue mucho mejor tras aquello: nombrada heredera por el propio Morrison, aunque no se habían casado, se pasó un par de años litigando con la familia del cantante y dando tumbos hasta que en 1974, también a los 27 años, otro mal viaje de heroína la dejó sin aliento en su casa de Los Ángeles. Quiso que la enterraran junto a Morrison en París, pero por ahí ya no pasó la familia.
