urante un año rastree la pista de Rey Brea en las hemerotecas gallegas. También en la Biblioteca Nacional de Madrid, la Academia Española de Ciencias, el Archivo Histórico Militar de Ávila y de Suecia, reconstruyendo así la historia del fenómeno OVNI desde el principio. Entre 1943 y 1947, Óscar Rey Brea investigo un fenómeno que todavía no había sido bautizado. Pero el 8 de julio de ese año, el diario compostelano publicó la primera noticia sobre los platillos volantes que se habían observado en EE UU. Solo unas horas después, y también en primera página, se hizo eco de la noticia. El fenómeno social de los platillos volantes había nacido. Aunque Rey Brea le llevaba cuatro años investigándolos. Es maravilloso volver al principio y reconstruir la evolución del fenómeno diario a diario. En la prensa gallega, Rey Brea conoció los primeros casos clásicos: la muerte de Thomas Mantel, Roswell, las fotos de Barra de Tijuca, el Proyecto , los contactos de Adamski, el caso Hill… Todos están recogidos en aquellos viejos periódicos amarillentos. Sin las conjeturas, especulaciones y añadidos posteriores. En su origen, el fenómeno OVNI era virgen. Pero año a año fueron sumándose, en muchas ocasiones por intereses comerciales, elementos cada vez más enrarecidos: contactados, abducidos, desapariciones misteriosas, mutilaciones de ganado, bases submarinas, orbes, OSNIs, apariciones marianas, rods, hombres de negro, el Triángulo de las Bermudas, intraterrestres, el chupacabras, la exopolítica… enriqueciendo la narrativa OVNI, pero diluyendo su esencia primigenia. Sin embargo, el gallego sabio nunca perdió el foco del fenómeno original, ajeno al ruido mediático. Ahora publico (El Ojo Crítico), en donde ofrezco una visión muy distinta sobre los orígenes de la ufología, tanto española como mundial, con el hilo conductor de la vida e investigaciones de Rey Brea.
