ay dos cosas que son lamentablemente inherentes a la democracia: la confrontación y la emocionalidad. Ambas están siempre presentes en el devenir humano y ninguna es necesariamente mala por sí misma, pero cuando son mal procesadas o son tóxicas y se dan en dosis excesivas, pueden generar serios problemas. Si bien los desacuerdos manejados con racionalidad y prudencia suelen ser resueltos sin consecuencias graves, los diferendos acompañados de enfurecimiento y crispación a menudo truecan en violencia verbal o física. Por lo demás, hay emociones positivas y negativas, sanas y
EL VENENO DE LA DEMOCRACIA
Nov 21, 2022
3 minutos
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