Yo opino

e ha hecho a la esperada entrevista, y a mí me han quedado claros dos asuntos. Primero, que Estherno sé si añorando su presencia, o censurándola. Sonsoles le preguntó lo que había que preguntar, porque ella es simpática, pero no perdona, como debe ser, y Esther nos dejó algunas alhajas de respuesta como que le dolió más la despedida escueta, por whatsapp, de Pedraz, que el fallecimiento de su marido, al que adornó como el amor de su vida. A ver cómo comprenden ustedes que un noviazgo de un año con el juez duela más que la ausencia de quien ha sido el consorte ideal. Y a ver cómo comprenden que, si algún hombre viniera, en el futuro, ha de ser “hombre discreto”, según Doña, que a rachas ha hecho de su vida sentimental un escaparatismo público. Igual ya se acabó lo de Doña y Pedraz, igual acaba de empezar.