Ian Fleming era un soltero convencido, hasta que un día decidió casarse. La escritura fue el refugio que halló para abstraerse de la ansiedad y el estrés emocional que le generaba vislumbrar su futuro en pareja (con los años, tanto él, como ella, Ann Charteris, mantendrían diversos affairs extramatrioniales). De aquellos días de redacción compulsiva, como el fumador empedernido que encadena un cigarro tras otro temiendo quedarse sin gas en el mechero, salió una novela, Casino Royale. Un relato protagonizado por un agente secreto al servicio de su (difunta) majestad con licencia para matar, que acabaría deviniendo un icono de la cultura pop del siglo XX e inicios del XXI: Bond, James Bond, también conocido como 007 entre los miembros del gremio de los espías.
Fleming nació el 28 de mayo de 1908 en el 27 de Green Street, uno de los principales ejes del pomposo barrio de Mayfair de Londres. Nieto de adinerado banquero escocés (Robert Fleming), hijo de parlamentario muerto en el frente de combate durante la Primera Guerra Mundial (el obituario de Valentine Fleming publicado por fue escrito por Winston Churchill), se educó en las escuelas y universidades más selectas del Reino Unido, entre estas Eton, institución en la que se han (actualmente estudiar en Eton cuesta 46.296 libras esterlinas el curso académico) ha pasado por las aulas de este colegio ubicado en las afueras de la capital inglesa. Ian Fleming era élite.