Una enfermedad nos descubre nuestra debilidad y fragilidad, pero también ayuda a poner en marcha esa voluntad y capacidad para modificar el estilo de vida. Así que, de alguna manera, en la parte más débil de cada persona o grupo también está su fortaleza.
Un plan de salud puede notarse en un mes, pero se decide en un instante, aquí y ahora. Luego se necesitará práctica, entrenamiento diario y la disciplina de llevarlo a cabo con un horario y una rutina definidos. A veces es preciso poner orden en la vida cotidiana para sentirse a gusto en la propia piel, así que os proponemos un plan de cuatro semanas, que bastará para empezar a notar cambios e instalar hábitos saludables.
Los días de invierno, con frío y poca luz, invitan a levantarse por la mañana y comenzar a calentar el cuerpo para no pasar frío, a pensar cómo ordenar el ambiente que nos rodea, a limpiar y pegar fuego a todo lo viejo, a la leña, a despejar el campo para que cada día, con más luz, poco a poco, llegue la primavera en nuestras reflexiones. Surge la necesidad de revisar nuestras actividades en la vida cotidiana para sentirnos mejor en lo físico, anímico y espiritual.
El estilo de vida es el recurso más poderoso en medicina, ya