Dos de los personajes más conocidos de la cultura japonesa son el samurái y la geisha, y justo estos dos arquetipos se dieron prácticamente el relevo. El samurái era el guerrero que ejercía, desde su casta, el gobierno militar desde el siglo XII. Lo hacía gracias al estatus conseguido por las maniobras del sogún o valido. Algunos samuráis fueron monjes y poetas, además de soldados, porque en su código ético estaba el apaciguar la violencia con serenidad. La geisha era la muchacha instruida para la música, la danza y la ceremonia del té que era contratada para entretener durante las ceremonias masculinas, aunque también cabe recordar que había geishas que eran hombres.
Los geishas varones decrecieron desde 1800, empezando a usarse el término para referirse a las mujeres