la idílica villa de montaña Monestier-de-Clermont (situada cerca de la ciudad francesa de Grenoble) debe su nombre Moncler, fundada en 1952 por René Ramillon, que tuvo la calurosa idea de proteger del frío a los trabajadores con artículos que ha colocado a la firma en la cima del éxito internacional. Siete décadas después, sopla las velas de su cumpleaños con logros tan importantes como haber subido al K2 (en la cordillera de Karakórum) en 1954, vestido a la expedición a Makalù en 1955, acompañado al equipo francés de esquí en los Juegos Olímpicos de Grenoble en 1968 o saltado de la montaña a la ciudad para convertirse, en la década de los 80, en todo un referente. El año 2003 se grabó en la compañía con letras de oro al ser adquirida por Remo Ruffini (actual presidente y CEO), que revolucionó la casa con grandes ideas como las colaboraciones estelares con nombres de altura (Giambattista Valli, Pierpaolo Piccioli, Simone Rocha...) para reinventar su mítica chaqueta en o desfilar en las semanas de la moda llevando sus diseños a montajes tan espectaculares como Y para espectacular, el de su 70aniversario, con una puesta en escena épica en la milanesa Piazza del Duomo, tomada para la ocasión por 1952 personas ataviadas con la chaqueta en blanco, ante un público de 18.000 invitados. Esta pieza se lanza en una edición limitada de 13 especiales colores como homenaje al modelo original y para conmemorar estas siete décadas fascinantes. Pero también el efecto se suma a la celebración con la invitación de Ruffini a siete celebridades para reinterpretar la chaqueta con su propio sello: desde Rick Owens hasta Pharrell Williams. ¿El plus? Un Moncler, narrado por Alicia Keys, plagado de icónicas imágenes de momentos estelares en las montañas o en el diseño, inspirando a todo el mundo a conquistar sus (o metas) más altos, sean los que sean.
