Positano te engancha. Es un lugar de ensueño que no es del todo real cuando estás allí y se convierte en una realidad atractiva cuando te vas», escribió el escritor John Steinbeck en un artículo para el número de mayo de 1953 de HARPER’S BAZAAR.
Con ese sentimiento como referente, volé a Nápoles con una de mis amigas más antiguas. Salimos tímidamente del avión, entrecerrando los ojos ante el brillante sol de julio, y bajamos en taxi hasta el puerto para coger el ferri a la isla de Capri. El viaje de 50 minutos fue surrealista; permanecimos en la parte trasera del barco, casi en silencio, contemplando las olas de tinta mientras la costapara el corto trayecto desde el puerto.