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JEAN-LUC GODARD

allá por los años parisina se definía por una serie de señas de identidad: llevar jerséis de cuello vuelto y gabardinas raídas, acudir a las protestas estudiantiles de la Sorbona, dejarse ver en las terrazas de Saint-Germain-des-Prés (mejor con un ejemplar de en el bolsillo) y adorar el cine de Jean-Luc Godard por encima de todo. Fue el epítome de lo intelectual, el de la cultura, aunque se nos ha ido con 91 plácidos años como símbolo de una época que ya no existe.

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