El poder OCULTO del Edelweiss
a resiliencia nace de una pequeña flor. Ese es el punto de partida de la nueva y apasionante aventura de The Body Shop, una marca creada por la visionaria y Anita Roddick que, totalmente adelantada a su época, supo ver la importancia de la sostenibilidad y de los productos de origen totalmente natural antes de que el movimiento fuese, ni siquiera, una idea. Ocurrió en Reino Unido en 1976 y, desde entonces, la evolución (y revolución) de la firma británica ha sido exponencial. Su último capítulo nos lleva a las alturas, concretamente a los Alpes suizos, donde se encuentra la flor que ha dado nombre a esta familia de productos, que antes se llamaba y era la colección más vendida de la marca, y que ahora ha sido bautizada. En su fórmula hay un alto porcentaje concentrado del extracto de esta flor alpina, cuyo poder antioxidante es un 43 por ciento más potente que el del retinol. También, y gracias a otro de sus ingredientes, el ácido leontopódico, se intensifica ese poder antioxidante, ya que su acción es un 60 por ciento más efectiva que la del mítico ácido ferúlico.
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