Ni más, ni menos
omo esos hoteles que se definen como (benditos sean), Momus (San Bartolomé 11, Madrid) bien podría publicitarse. Porque eso es lo que vas a encontrar en este nuevo espacio del barrio de Chueca de la capital: solo cócteles. Ni cervezas, ni refrescos, ni vino, ni comida. Todo está enfocado a disfrutar sin distracciones de las maravillosas creaciones de Alberto Fernández y su equipo. ¿Y qué hay de especial tras la puerta? Mucho. Para empezar, todos los siropes, tuestes, melazas e incluso algunos destilados los hacen ellos mismos, con maquinaría y técnicas que despliegan en la contrabarra, a la vista del cliente, en un líquido muy divertido. En segundo lugar, su carta. Tienen una muy personal, que llaman , con 16 preparados genuinos en los que cada sabor se identifica con un color. A más color, más presencia de ese sabor ahumado, picante, dulce, cítrico... También preparan clásicos, por supuesto, hasta 40, y hay opciones sin alcohol. El objetivo es que el cliente se sienta como en el salón de su casa, pero con un experto preparándole la bebida. Ni más, ni menos.
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